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LA BANDA

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Este post, es como abrir el cofre de mi experiencia en San Cristóbal. Revisa esta colección de personas brillantes, unas las encontré por su destello en el camino, otras nos escogimos como segunda familia y varias que sólo coincidieron por atracción… ya se irán engarzando entre ellas, para convertirse en las joyas de esta Temporada.

Este texto es una referencia al anterior “El tesoro de Jovel”, así como al Aleks, también mencionado como editor y amigo, quien me señala la importancia de explorar la riqueza narrativa de los personajes en el blog. Y mi banda de SanCris, da para tratarla como un tema especial.

Va a haber post para el Mago y Chon. No están entre mis Maestros sino, en dualidad, como mis grandes filósofos de vida; ambos músicos, amantes de las letras y sobrevivientes en las sombras, tanto como en la luz. De la narración de sus batallas, espero extraer un nuevo sentido a su experiencia.

Escribiré del Mago, en homenaje póstumo, porque de joven salvó la vida y la de su tropa en la guerra de las Malvinas, se abrió camino hasta México y luego a SanCris de donde nunca más salió. Escribiré de Chon, que sigue siendo un grandioso vivo, desde que escapó de ser reclutado a Vietnam hasta del abuso de drogas y alcohol que lo transformaban en George Mess, su alter ego más divertido y nocivo.

También Aleks y yo nos volvimos dos personajes bélicos entrañables -Pedro y el Capitán-, en una obra universitaria. Ese proceso y el mismo texto, afianzaron lazos que perduran hasta hoy, a pesar de sus nudos; e influyeron aquí, para renovar mi sentido de la amistad entre gente tan ajena a mi círculo habitual…

Quiero hacer post para Laia y Mayramorfosis. Porque al combinar su encanto de agua y tierra me enseñaron la magia de las mujeres cuando trabajan juntas, haciendo de la comunidad rosa un espacio afectivo y fértil para quienes la habitamos.

Escribiré de su atención casi maternal a los “Chumbillos”, los chavos de la casita del fondo y así nombrados por sus aventuras adictivas; así como de Beto, Tim, Fermín y demás músicos que llegaban ahí a ensayar y nos compartían, en su gozo, un nivel de comunicación más allá de la palabra.

Cuando regresé a la ciudad, también compartí depa con Aleks. Recibimos gente en la fiesta y a vivir en la sala, y al sacrificar privacidad surgió el límite de hacer comunidad. Luego de un rato, hubo divorcio (¡Jaja!), pero nos comunicamos y todavía trabajamos juntos, en nuestros proyectos y personalidades, como debí haber hecho con mis parejas en otros días…

Debo hacer post de mis precarios amores en San Crisis. De cuando mi miedo al compromiso se volteó con quienes quise formalizar, y de cómo mi idiotez emocional me cegó a oportunidades por sólo buscar ligue. Lo debo, por la obvia suspicacia que este pasado genera en mis parejas, y porque al manifestar una carencia del ego, convirtió mi capacidad de entrega en una labor de vida.

Igual escribiré de mis desafanes, de mis relaciones perdidas, de las ausencias que aún tengo presentes. Aquellas de la radio XEWM, mi segundo trabajo en los medios; de Juan, mi ahijado chamula, a quien busqué sin poder encontrar; y de locos, oenegeros y ciertas bases zapatistas, que una vez ayudé a conseguir un decodificador de señal.

Te diré con quién ando, para decir quién soy. Pero cuento poco sobre las personas; esta mirada a las joyas de mi temporada en San Cristóbal -así como al Aleks, mi pareja o mi banda actual-, tendrá su valor en cómo engarzaron toda una historia por narrar…

Del Mago, Chon y demás músicos, retengo el gozo por vivir que se comunica en varios niveles. De Laia, Mayra y la comunidad rosa, conozco la magia que hay en la fraternidad y en atender mi eterno femenino. De mis relaciones efímeras pulo la noción del compromiso, entre las perdidas destella la nostalgia de escribirlas, y por las ausentes valoro la entrega para las que siguen conmigo.

Del efecto de mi gente, en mí, sí tengo qué contar. Porque no escondo cuánto me defino en mi banda ni lo mucho que me mueve entender cómo los involucra mi exposición y proceso personal. Pero sé que mis confidencias jamás opacarán su brillo y espero proyectar en letras la fortaleza que influyen en mí.

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