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METODOLOGÍA PSICONÁUTICA

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Viajar en hongos de manera sistemática no fue cualquier cosa. Hacerlo durante este periodo en Huautla, para enfrentar los demonios de mi mente, requirió de un camino de preparación, asesoría, recursos terapéuticos y de auto análisis, que se volvió el trabajo más intenso y enriquecedor de mi vida.

Compartir mis procesos no pretende promoverlos, sino dimensionar cómo puede abordarse el viaje psicotrópico -que gira la mente- con una intención transformadora, además de su renovado uso en el entorno clínico. Todos podemos vivir la experiencia, en tanto tenemos los receptores bioquímicos para ello, pero no cualquiera está dispuesto a enfrentar las revelaciones de su inconsciente.

Pero, cómo inquieta vivir en carne propia ese potencial; indescriptible para quien no concibe un estado alterado de su conciencia, y con tan legendarios alcances místicos. Y es que sí, hay magia en esto. Y es tema para más tarde, así que, al método: Aquí mi esquema de trabajo personal con los santitos:

1º – Desde antes, reuní mucho material práctico: ejercicios de Gestalt, notas de mis terapias, meditaciones y análisis de sueños de mis cursos de cábala, y otras prácticas esotéricas como enfrentar al espejo (¡Uf! Ya te contaré…); todo con el fin de descubrir vicios de carácter por reprogramar, cosas del pasado que faltaban sanar y temas del presente dignos de sensibilizar.

2º – En lo cotidiano, me puse objetivos particulares para mis partes física, mental, emocional y espiritual, en sus aspectos femeninos y masculinos. Por ejemplo, en las labores físicas, mi perspectiva femenina fue de “Atender” -comer bien y poner atención a mi cuerpo- y la masculina de “Controlar” -vicios, postura y mi recuperación dental-; y así con las otras, y hasta en cuadro sinóptico en la pared.

3º – Hay que viajar a oscuras, para no distraerse en las formas, y con una intención clara, que yo dirijo en cualquiera de tres sentidos: sanar alguna emoción, trabajar aspectos personales y/o para aprender algo. O sea, la idea no es regodearse en alucines y fractales, sino sumergirse en las profundidades; dejar que el efecto diluya los bloqueos del ego para auto observarse como en un sueño hiper lúcido, donde todo lo que ocurre es uno mismo.

4º – Adopté la tradición mazateca de comulgar con la planta a menudo durante un periodo prolongado; yo elegí lunes, miércoles y viernes de todo un año que, con sus licencias, resultó en 109 viajes entre los personales, ceremonias con curanderas y acompañando a otros.

5º – Grabé audios en cada sesión y los transcribí en una bitácora con un formato para ubicar sus imágenes, sensaciones y aprendizajes; y aún lo hago en mi experiencia psiconáutica:

 

Datos: Lugar, fecha, hora de inicio, duración del efecto.

Dosis: Tipo de honguito, cantidad y presentación -frescos, secos, en té o miel-.

Contexto: Referencias sobre lo que ocurría en mi vida y que podría influir en el viaje.

Intención: El objetivo de cada sesión y un concepto rector para lo que resultó al final.

Ejercicios y anécdotas: Prácticas, reflexiones y cosas destacables de la noche.

Alucines y revelaciones: Descripción de imágenes y vivencias psicodélicas -que manifiestan la mente-.

Sentimientos y conclusiones: Mis drenajes emocionales y la integración con los objetivos.

6º – También grabé y traduje las enseñanzas de mi M. Aurora, con ayuda de su bisnieta Ruth, y las cinco ceremonias que me hizo para ser autorizado de “poner mi mesa” como curandero o chinej.

7º – Inicié y cerré cada velación -hasta amanecer- con un ritual personal. No sólo porque no está de más pedir protección cuando uno planea dimensionarse, sino por el poder que adquiere la intención al verbalizarla en rezo o canto, porque esta energía actúa como un ancla para volver del viaje y por respeto al espíritu que reside en los Ndi xitjo.

8º – Cuatro años después, revisé estas grabaciones y apuntes para recapitular las vivencias y organizarlas bajo una estructura temática: psicología, sanación y espiritualidad.

La siguiente parte de todo el proceso, es este blog. El espacio para aterrizar aún más las experiencias al compartirlas, para aplicar esta nueva perspectiva a mis vivencias juveniles, y sin duda, uno ideal para seguir enfrentando los demonios que siempre quedan por revelar.

Sunrise over Mountains
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