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TRABAJAR EN LA VIDA

El verdadero trabajo de vida, es el que se hace con uno mismo. Al revés de lo que siempre di por sentado, no es el que te deja dinero en la bolsa sino el que carga de experiencia el alma… o el que dignifica a la persona, diría Marx en lenguaje incluyente.

Este concepto de trabajo es uno de los tres temas centrales del blog.

Los otros, son mi manejo de las drogas y la vivencia en los pueblos de estas tres Temporadas… Sí, puro tres. Así que ya entraré en detalles de cada cosa, pero empiezo con lo más general; en este caso, con el proceso mental para interiorizar las diferentes chambas en mi vida.

Lavar coches de los vecinos para jugar Space Invaders, me metió en el canal del esfuerzo tras un objetivo. Ayudar a mi papá distribuyendo sus productos, fue mi primer contacto con la chinga cotidiana de las mayorías en ciudades como México. Dar clases de comunicación y literatura en un bachillerato técnico, mientras terminaba mi tesis, me obligó a reordenar la cabezota para resolver mis propios conflictos de comunicación con los demás.

La carrera que se estudia dice mucho de las carencias de una persona. Y sí… pero, a pesar de mi naturaleza rollera, y de que mi historial de empleo es bastante fresa como la Universidad que pagó mi padre, también incluye ser mesero y artesano, sembrar una milpa, subsistir freelanceando y hacer servicio social en algunas comunidades del país.

La intención para irme de viaje al terminar la carrera era ampliar mi espectro como comunicador, pero al mismo tiempo, me eché encima el profundo temor laboral de un convencionalismo de mis tiempos: perder oportunidades de empleo y de hacer un historial. Me justifiqué al fin, con la idea de regresar a vender mi experiencia al interior del país y con el franco propósito de colgarme de los amigos que ya tuvieran un buen puesto en los medios. Y sí… lo hice.

Mi segundo gran temor laboral, era no encontrar vocación. Me gustaba la publicidad, el teatro, la radio, el cine y más, pero me recuerdo medio envidioso de la paz de aquellos convencidos de ser algo en la vida, así como por la pasión a un oficio cualquiera que bien nutre el bolsillo y la vivencia.

Te contaré del largo proceso para descubrir qué es lo mío, como ejemplo de cuánto ayuda en eso mandar a la mierda los convencionalismos que nos compramos. En esta temporada lo hice al menos con mi concepto del éxito profesional, cuando alcancé cierta fama con mis reportajes en la entonces pequeña ciudad de San Cristóbal.

Eso ayudó a controlar mi conflicto entre crecer en puestos de una empresa, como “debía” ser, o mis ganas de conocer diferentes medios, como terminó siendo durante diez años como creativo en radio, tele, revistas y publicidad. Y sí… luego me sirvió además para animarme a cambiar de giro a la medicina alternativa. Pero, cuando descubrí en mi carta natal  que todas las líneas se concentran en la segunda mitad de mi existencia, mi historia de indefinición cobró un nuevo sentido.

El verdadero trabajo en la vida, es el del Guerrero. No es ir a pelear a la oficina sino enfrentar cada día los pedos personales, con un sistema de inteligencia para detectar los vicios del carácter y armado de asertividad emocional para combatirlos, sin inmolarse en el proceso.

Obvio, no es mi caso, pero me agarro del concepto para enfrentar otro temor laboral aún muy presente, que es dudar de mi potencial. Y sí… tenía que haber tres. Este blog es una chamba conmigo mismo, para aquilatar la experiencia que se lleva mi alma sin la idea de que venderla deje algo en mi bolsa; y a la vez, lleva a la práctica mi carta natal al dar un tercer sentido a mi trabajo de vida: buscar la síntesis entre el comunicador y mi camino en la sanación.

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Curador editorial: Alex Ayala - Diseño y programación: Daniel Botvinik Dbcom - Ilustración: Alejandro Gutierrez "Choco"

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